¿A cuántos genios se les tildó como locos en su momento y con el paso del tiempo se demostró todo lo contrario? Esto mismo podríamos decir de los protagonistas de la historia de hoy, que han cometido la bendita locura de montar un motor de Honda CBR1000RR en un scooter y el resultado es extraño y maravilloso a partes iguales.
Este experimento es una creación de varios fanáticos de las transformaciones afincados en Idaho, dueños del canal de YouTube llamado Grind Hard Plumbing Co. Para este trabajo han elegido un scooter poco conocido en España, pero con un gran éxito de ventas en otros países, un Honda Ruckus del año 2008. El modelo en cuestión ha sido “víctima” en infinidad de ocasiones de customizaciones dada su sencillez, la mayoría de ellas no tan extremas como esta.
La idea de este proyecto es muy simple y lógica para muchos de los amantes del motor, coger una moto que no tiene nada de rápida o exigente y convertirla en un juguete mucho más radical. De ahí que sus creadores se decantasen por un motor de Honda CBR1000RR, pero no uno cualquiera, uno de una unidad edición especial Repsol, con lo que tienen que mantener su legado en lo más alto.
Tener un scooter con casi 200 CV es posible si le montas un motor de Honda CBR1000RR
Podría parecer que estamos hablando de un trabajo poco profesional y con bastante improvisación de por medio, pero nada que ver con la realidad. En el video vemos como los chicos de Grind Hard Plumbing Co se toman cada fase muy en serio, teniendo en cuenta cada soldadura y cada unión que pueda fallar o hacer tambalear el proyecto.
Como puedes imaginar, uno de los principales quebraderos de cabeza de este trabajo es cómo adaptar el gigante motor en el bastidor de este pequeño y sencillo scooter. Los ha llevado tiempo pensarlo y diseñarlo y finalmente se decidieron por colocarlo en la parte trasera, lo más pegado posible a la rueda. No sin antes necesitar alargar el chasis unos cuantos centímetros porque si no hubiera sido completamente imposible hacerle el hueco necesario para que cupiera.
Después de dos semanas de arduo trabajo la Ruckus con un motor de Honda CBR1000RR ya tiene muy buena pinta, todo el conjunto está listo y preparado para soportar los esfuerzos a los que esta nueva mecánica le va a obligar a soportar. Pero todavía no está preparada para salir a rodar y ver cómo se comporta y qué velocidades puede alcanzar.
Tendremos que esperar al siguiente video en el que podremos ver el desenlace final de esta magnífica obra de arte artesanal que ha unido dos modelos de la marca del ala dorada, algo que ni en cien vidas se nos podría haber ocurrido a cualquiera de nosotros. Puede que los ingenieros japoneses tomen buena nota de ello, ¿quién sabe?