Seguro que más de uno y más de dos ha pensado en tocar rodilla subido a su moto. Quizás, incluso, en un circuito, a gran velocidad, imitando a los grandes pilotos. Pero todo en esta vida tiene su sitio y su lugar y algunos lo aprenden por las malas.
Mulholland, ese paraíso en el que se puede ver de todo. También nos trasladamos hoy allí para ver uno de los gestos menos inteligentes que podíamos imaginar. Vale que en un momento dado todos nos hemos emocionado. Todos en un momento dado hemos ido más rápido de lo que debíamos. Por supuesto, todos hemos soñado que estábamos en una pista de velocidad. Pero claro, una cosa es emocionarse un poco y otra cosa es lo que podemos ver en el vídeo.
Está claro que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta que la cosa no puede salir bien. Si vas a hacer unas curvas con una Harley-Davidson Street Glide tienes que tenerlo claro. Es una moto grande, pensada para rodar con calma. Se trata de una máquina espectacular, pero para disfrutarla. No hay que olvidar lo que pesa y, mucho menos lo aparatosa que es. Por eso ya se antoja mala idea ir a dar ese paseo a Mulholland. Una Street Glide pide carreteras rectas, paseos tranquilos y consciencia, mucha consciencia.
De esto último es probable que no tenga mucho el amigo del vídeo. Sólo a él se le ocurriría tumbar así. Como no podía ser de otra manera, tanto tumbar lleva a tocar. Pero no a tocar con la rodilla, si no con la estribera y las maletas. ¿Consecuencia? Perdida de adherencia y revolcón con un coste de unos cuantos miles de dólares. Al menos él no se hizo mucho a pesar de no llevar el equipamiento adecuado. Además, consiguió tocar rodilla, codo ¡y hasta el culo!.