La electrificación en las motos es un hecho imparable y cada vez son más los estilos de las dos ruedas los que se están subiendo a esta ola. Ahora, gracias a unas patentes presentadas recientemente, sabemos que la marca de Hamamatsu es una de las últimas en sumarse a ello con el desarrollo de una Suzuki eléctrica de motocross.
El cuidado medioambiental está en auge desde hace ya unos años y todo tipo de compañías están empujando y luchando por ese cambio. Lógicamente, el mundo del motor es uno de los que más renovaciones han tenido que introducir, debido a las emisiones de los motores de combustión tradicionales y aunque los cambios están siendo profundos e importantes, por ahora parece que no están teniendo el calado esperado entre los usuarios.
Los costes, las prestaciones, los tiempos de carga y la autonomía son algunos de los escoyos que están teniendo los fabricantes a la hora de intentar atraer a la mayor cantidad de clientes posibles. Por suerte, en la disciplina del motocross estos problemas no existen, ya que hablamos de motos de competición exclusivamente, con lo que los tiempos de carga o la autonomía, por ejemplo, no son tan relevantes.
La Suzuki eléctrica montará una transmisión revolucionaria
Parece que Suzuki ha visto que este es un nicho interesante para ellos y por la documentación presentada, su proyecto está en una fase relativamente avanzada. La firma nipona no es la primera en presentar una moto de motocross eléctrica, Honda ya lo hizo en 2019 con su prototipo CR Electric y recientemente también te hemos contado como Yamaha está inmersa en el desarrollo de su modelo de motocross eléctrico.
En los documentos publicados no se aportan datos acerca de las baterías que proporcionarán energía al motor eléctrico, ni tampoco de su disposición dentro del conjunto. Sin embargo, si se detalla más en profundidad el nuevo sistema de transmisión que montaría esta Suzuki eléctrica, siendo esta transmisión en realidad el objetivo de la patente.
Este sistema constaría de una serie de engranajes reductores que se encargarían de dosificar la entrega de potencia que llega a la rueda, al mismo tiempo que reducirían el tamaño del tren motriz, buscando que este no superase en ningún momento la anchura del propulsor. Parece que otro objetivo de los ingenieros japoneses es reutilizar los máximos componentes posibles de la familia de motocross ya existente y de ahí que busquen unas dimensiones adaptables al chasis de la RMZ actual.
Lógicamente, cuantos más elementos puedan heredar de los modelos que ya están a la venta menos costes de fabricación y de desarrollo tendrán y de esa manera podrán centrar sus esfuerzos económicos en la nueva tecnología eléctrica. Tecnología que según las previsiones irá a más en los próximos años debido a sus ventajas en cuanto a contaminación, al nivel de ruido y también al hecho de que hoy en día ya hay muchos niños con motos eléctricas infantiles, que en un futuro demandarán este tipo de modelos en su edad adulta.
Según los planes planteados por la marca nipona, en 2025 lanzarán una moto eléctrica de calle equivalente a una 125 c.c., con lo que previsiblemente podremos ver esta tecnología, o parte de ella al menos, en ese futuro modelo. Veremos si las predicciones se cumplen y si en un futuro no muy lejano vemos a esta moto eléctrica volar en los circuitos de motocross.
