Las motos tienen cosas buenas y malas, como todo en la vida. Según a quién le preguntes, ganará lo positivo o lo negativo, aunque obviamente para los que tienen una gana lo bueno. Eso sí, siempre hay cosas malas que no puedes evitar como es la lluvia y mojarte cuando aparece… ¿o sí?
Una de las mejores cosas de las motos, que es la libertad que transmiten durante su conducción, es también una de las causas de que sean bastante incómodas en una situación en concreto. Que te de el viento está muy bien…. Hasta que aparece la lluvia. En esos momentos se suele recurrir al uso de chubasqueros, pero es difícil acabar completamente seco incluso contando con los mejores del mercado.
La solución de nuestro protagonista de hoy para no mojarse cuando se sube a su Yamaha R1 y llueve es tan rocambolesca como surrealista. Ponerle un techo hecho a medida de manera artesanal puede parecer una idea loca, pero lo cierto es que desde Meanwhile in the Garaje han hecho un trabajo espectacular para llevarla a cabo.
https://www.youtube.com/watch?v=_GMW7v7OujQ
Ponerle techo a la moto puede ser una locura, pero funciona
Como puedes ver en el video, lo primero que hace nuestro protagonista para llevar a cabo su proyecto es el de pertrecharse con todo lo necesario, fabricándose incluso su propia mesa de trabajo. A partir de ahí, la artesanía no cesa y las horas de laboriosas tareas tampoco.
Para darle forma a la gran cúpula, el método elegido es el de crear una estructura metálica tomando como referencia el carenado de la Yamaha R1 para posteriormente hacer todo un entramado de rejillas. La idea es que una buena capa de espuma de poliuretano sirva como material básico, algo que parece poco efectivo a priori pero que acaba dando un gran resultado.
Después de varias aplicaciones y tras un refinado trabajo de pulido de las formas, con las reparaciones necesarias de la espuma para acabar consiguiendo una geometría regular y sin imperfecciones, el siguiente paso es todavía más llamativo. Con un remolque portaequipajes convenientemente forrado en su interior con material refractario, nuestro protagonista se fabrica su propio horno.
¿El objetivo de esta operación? Muy sencillo, poder calentar el material plástico necesario para usar el molde de la cúpula y forzarlo a tomar esa forma. Aunque suena sencillo, viendo el video queda muy claro que su buen esfuerzo le costó, necesitando además la ayuda de sus amigos.
A partir de ahí, todo fluye sin demasiados inconvenientes. Pletinas por aquí, tornillos por allí… y al final acabas teniendo una R1 con techo que te proteja de la lluvia. Aunque eso sí, en caso de caída no tiene pinta de ayudar mucho, sino más bien todo lo contrario…